La emocionante carrera del irlandés no hubiera existido si no llega a ser por su padre

Como cualquier padre y al principio de cualquier historia, es difícil confiar en que tu hijo puda ganarse la vida luchando. El tiempo era el único responsable de hacer que su padre terminará de creer en el talento de Conor y fuera consciente del futuro profesional que le esperaba.
Su padre vio a McGregor competir en el Cage Warriors y fue el momento en el que dejó de ver a un niño y se dio cuenta de que aparte de haberse convertido en un hombre, era el principio de un gran luchador.

A los 16 años, Conor McGregregor trabajaba como fontanero en la empresa familiar. Desde pequeño empezó a sentir especial curiosidad por las MMA, pero empezar a practicarlas era un camino duro y difícil.
A pesar de los inconvenientes y las dificultades, su padre fue el primero en apoyarle.
Conor McGregor está considerado el Dios de las artes marciales mixtas, ha creado historia en UFC y se ha convertido en la mayor estrella de las MMA. Sin embargo, todo eso ha sido el resultado de una vida llena de esfuerzo, trabajo y apoyo.
Para poder conseguirlo tuvo que demostrar a su padre que podía ganarse la vida luchando en el octógono.

“Yo no lo veía como una carrera. Ese era mi pensamiento antes de verlo saltar a la jaula en la compañía Cage Warriors. Cuando su oponente salió al octógono, vi a un luchador enorme y musculoso. Lo miré y era evidente que era mucho más mayor que Conor, de repente pensé…Dios mío…este es el rival de mi hijo.”
Tras la presentación del oponente, era el turno de McGregor. “Mi hijo salió al ritmo de la música y dejé de ver a un niño. Eso siempre te llega. Tu hijo convertido en hombre. Siempre llega al corazón”
Es difícil que un padre admita el orgullo de ver a su hijo luchando por un sueño complicado, pero el padre de Conor McGregor vio en él una prometedora carrera y entonces decidió apoyarle hasta el final.
Es la dura decisión que debe tomar un padre y dejar que un hijo tome sus propias decisiones y no inculcar una obligación. Un ejemplo a seguir para todos los padres que escuchan sueños inalcanzables a diario. Un poco de esperanza para los que no confían en mañana.