Jake Paul derrotó por puntos a Mike Tyson en una pelea que se celebró en el AT&T Stadium de Arlington, pero que terminó siendo una mala noche para el veterano excampeón de boxeo, y para los amantes de esta disciplina que, deseosos de ver más acción entre ambos, se quedaron con las ganas.
A pesar de la enorme historia de Tyson, su desempeño a los 58 años no estuvo a la altura, y el combate se resolvió a favor de Paul por decisión unánime (UD) luego de ocho asaltos.
La emoción de los fanáticos por ver nuevamente a Tyson en el cuadrilátero pronto se desvaneció, ya que su edad y falta de movilidad se hicieron evidentes. Mientras Paul, 30 años más joven y en su prime, dominaba la pelea, Tyson no pudo conectarle un golpe significativo y mostró poca capacidad para moverse o evadir los ataques. Su tradicional estilo «peek-a-boo» no estuvo presente, y fue fácilmente alcanzado por Paul.
Aunque pudo haber buscado un nocaut en varias ocasiones, Jake Paul mostró empatía y respeto hacia la historia de Tyson, evitando una finalización rápida y dándole tiempo de recuperación al veterano al final de cada round. Este gesto le permitió pasar de ser un villano a ser considerado un héroe por los fanáticos, ya que respetó la grandeza de Tyson en lugar de buscar humillarlo.
A pesar de ser una pelea deslucida, la victoria de Jake Paul refuerza su creciente legado en el boxeo y le da más oportunidades para seguir escalando en el deporte.