El esperado enfrentamiento entre Anthony Joshua y Jake Paul ya tiene reglas confirmadas, y el 19 de diciembre promete convertirse en una de las fechas más mediáticas del boxeo reciente. La pelea, que será transmitida en directo por Netflix, fue ratificada como un combate profesional de peso pesado plenamente sancionado, despejando cualquier duda sobre su validez deportiva.
El duelo se disputará a ocho asaltos de tres minutos, un formato más corto que el habitual para peleas estelares, pero suficiente para garantizar intensidad desde la campana inicial. Ambos boxeadores utilizarán guantes de 10 onzas, el estándar para combates de peso completo, lo que anticipa un choque de potencia y precisión.
Uno de los puntos más llamativos del acuerdo es la condición impuesta a Joshua: no podrá superar las 245 libras en el pesaje. Esta cláusula especial busca equilibrar la diferencia física entre ambos y darle a Paul –quien sigue dando pasos hacia el boxeo de elite– una ventana competitiva dentro de un duelo de alto perfil.
Con todos los detalles ya sobre la mesa, el combate se perfila como un evento global que cruzará audiencias del boxeo tradicional, fanáticos de las redes y el creciente público deportivo de Netflix.
