Dustin Poirier, leyenda del peso ligero en la UFC, enfrenta el tramo final de su carrera sin haber asimilado del todo la idea del retiro. Aunque el calendario indica que su última pelea se aproxima, su espíritu competitivo aún no quiere abandonar el octágono.
Con más de diez años en la organización, Poirier ha acumulado 22 victorias, múltiples bonos por sus emocionantes combates y una colección de batallas memorables frente a rivales como Justin Gaethje, Max Holloway y Dan Hooker. Su legado está cimentado no solo en su habilidad dentro del octágono, sino también en la pasión y entrega que lo convirtieron en uno de los peleadores más queridos por el público.

El cierre de su carrera podría tener lugar en Luisiana, su tierra natal, donde todo comenzó. Será un desenlace cargado de simbolismo para un guerrero que construyó su historia con corazón, talento y una conexión genuina con los aficionados.
“No lo estoy sintiendo todavía. No sé si es negación o simplemente que estoy enfocado en el presente, pero aún no caigo en esa cuenta. Siento que todavía tengo nivel para pelear con los mejores, pero si ya no es por un título, entonces prefiero marcharme con dignidad. He dado todo lo que tenía. No quiero que el deporte me diga cuándo irme, quiero decidirlo yo. En algún momento, me va a pegar fuerte… pero ese día no es hoy», sentenció.