Khamzat Chimaev ha enfrentado una serie de desafíos en su carrera en UFC, especialmente en lo que respecta a estar programado como evento principal. En cinco ocasiones distintas, Chimaev fue anunciado como el plato principal del evento, solo para que cada pelea fuera cancelada antes de que tuviera la oportunidad de subir al octágono.
Tres veces se programó su enfrentamiento contra León Edwards, y en cada una de esas ocasiones, la pelea se canceló por diversas razones, desde problemas de salud hasta otras circunstancias imprevistas. Además, Chimaev estuvo listo para enfrentarse a Nate Díaz y Robert Whittaker en dos ocasiones separadas, pero ambas peleas también fueron canceladas antes de llegar a realizarse.
Este patrón de cancelaciones ha generado frustración tanto para Chimaev como para sus seguidores, ya que el joven luchador sueco ha mostrado un potencial impresionante en sus actuaciones en el octágono. Cada vez que se acercaba la fecha de una pelea, la anticipación crecía, solo para ser reemplazada por la decepción cuando se anunciaba la cancelación.
Un reciente análisis de Aaron Bronsteter, deja en claro cómo Chimaev expresó su frustración y determinación para superar estos obstáculos y finalmente competir en el evento principal. Su habilidad y estilo dominante dentro del octágono lo han convertido en un competidor muy esperado, y su capacidad para mantenerse enfocado a pesar de estos contratiempos es un testimonio de su mentalidad resiliente y su dedicación al deporte.
Los aficionados esperan con ansias ver a Chimaev finalmente cumplir su destino como evento principal y demostrar por qué es considerado uno de los prospectos más emocionantes en la historia reciente de la UFC.
