Después de su intensa pelea con Max Holloway, Dustin Poirier reflexionó sobre la fortaleza física y la evolución de su rival, con quien compartió uno de los combates más recordados del peso ligero. “Es una locura pensar que Max era un peso pluma. Es un tipo sólido, hermano”, dijo Poirier, visiblemente impactado por la dureza del encuentro.
Aunque Holloway aún conserva su estampa delgada y sus característicos hombros estrechos, Poirier destacó que hay mucho más detrás de esa apariencia. “Es alto, tiene hombros delgados, pero es corpulento. Sus huesos, muñecas y piernas son gruesos”, detalló, haciendo hincapié en la estructura física de Max, que ha demostrado poder competir con soltura en divisiones superiores.
La declaración de Poirier no solo resalta el respeto que siente por su oponente, sino también el reconocimiento al nivel de adaptabilidad y resistencia que Holloway ha mostrado en cada ascenso de categoría. Para muchos, esa pelea fue una clase magistral de técnica, corazón y aguante, entre dos guerreros del octágono. Y en ese intercambio brutal, Poirier comprobó que, más allá del peso en la balanza, Holloway tiene el físico —y el espíritu— de un verdadero peso ligero.
