En una conversación llena de humor y camaradería, Islam Makhachev y Daniel Cormier recordaron una noche especial en la que ambos compartieron cartelera, rememorando momentos que dejaron huella en sus carreras.
Islam, conocido por su personalidad tranquila pero competitiva, abrió la charla con una pregunta que dejó a todos riendo:
—¿Por qué recibes el bono esa noche?
Daniel Cormier, ex campeón y ahora comentarista, no perdió la oportunidad para devolver el comentario con su característico sentido del humor:
—Ahora eres rico, no necesitas el bono.
Las risas no se hicieron esperar, pero Islam, con una sonrisa, aclaró su punto:
—Ahora no lo necesito, pero en ese momento necesito el bono.
La anécdota remonta a una época en la que ambos peleadores estaban en etapas distintas de sus carreras. Cormier, ya un consagrado campeón, disfrutaba de los beneficios del éxito, mientras que Islam, en ascenso, buscaba cada oportunidad para destacar y mejorar su situación financiera.
Este intercambio mostró no solo la complicidad entre los dos atletas, sino también el contraste en sus trayectorias y cómo el tiempo transforma las prioridades. Para Islam, ese bono representaba algo más que dinero: era un paso hacia sus sueños.
La charla, entre risas y recuerdos, dejó claro que, más allá de los logros individuales, el vínculo entre compañeros de equipo trasciende el octágono, fortaleciendo una amistad que se mantiene firme en el éxito y la adversidad.
