Jake Paul ha experimentado una ascensión meteórica y singular, pasando de youtuber a boxeador, luego a promotor y ahora a empresario. Originario de Cleveland, se ha posicionado como una figura destacada en las exhibiciones de boxeo, un formato en pleno auge. Su rivalidad con veteranos como Dana White y su deseo de reformar las normas del juego no son sorprendentes.
Recientemente, Jake Paul abordó uno de los temas más controversiales en el UFC: los salarios de los luchadores. Según el influencer, los profesionales de las MMA que compiten en UFC deberían ganar como mínimo $50,000, en comparación con los $12,500 actuales. Esta declaración refleja su postura de que los atletas deben recibir una compensación más justa por su trabajo y esfuerzo en el deporte.
La posición de Jake Paul sobre los salarios en UFC podría intensificar el debate sobre la equidad y la remuneración en los deportes de combate, especialmente dado su creciente influencia en el mundo del boxeo y las exhibiciones. Su capacidad para provocar cambios y desafiar las normas establecidas en el negocio del entretenimiento deportivo sigue siendo un tema candente y controvertido en la comunidad deportiva.
«Yo no siento odio por nadie, por Dana White tampoco. Solo quiero que sea más justo y que le pague mejor a sus atletas. Todos sabemos que, hora mismo, la compañía gana miles de millones de dólares al año pero, en cambio, los peleadores solo obtienen el 15 por ciento de eso. De ahí es de donde realmente deriva todo. De la necesidad de que los atletas accedan a un salario mejor y a más beneficios», indicó.
Y completó: «Obviamente, todo eso nos ha llevado a meternos en una discusión bastante turbia. Ya sabes, él (Dana White) ha dicho que uso esteroides, que mis peleas están arregladas, y entonces ahí es cuando yo le digo calvo y feo (risas).
Pero, hablando en serio, yo creo que los reclamos son justos. El sueldo básico que está ganando un peleador de UFC en la actualidad es de $12,500. Yo creo que debería ser, por lo menos, de $50,000. Si ganaran $50,000, eso modificaría sus vidas. No tendrían que trabajar en otros lugares, podrían pagar las tarifas del gimnasio, podrían pagar la comida adecuada. En este momento, están trabajando en otras cosas porque apenas sobreviven. Si el salario mínimo del peleador más bajo del escalafón ascendiera a $50,000, solo le costaría al UFC $20 millones por año. Pero, al parecer, prefieren que ese dinero vaya a otros bolsillos mientras, a su vez, embolsan 3.000 millones de dólares en ganancias anuales”.