Esta es la historia de un chaval de 18, se llama Nicolás Shaw Vico. Este niño, como muchos otros, sueñan con ser campeones del mundo de boxeo. Se levanta a las 5:30 de la mañana para entrenar antes de ir al colegio.
Por la tarde, después del colegio, vuelve a entrenar otras dos horas y media. Un niño que en los días que nos tocan vivir pone todo su esfuerzo en lago que no es ver youtubers o jugar a la consola.
Estoy seguro que no es el único que hace todos estos sacrificios para triunfar en el “noble arte”, digo bien: “noble arte” aunque para muchos lo de la nobleza brilla por su ausencia.
Estamos acostumbrados a ver auténticos mangazos todos los fines de semanas en diferentes veladas de diferentes modalidades de deportes de combate. Desgraciadamente esto se ha convertido en algo habitual pero no por ello deja de ser repugnante y apestoso.
Ahora, que esto que os quiero contar se lleva el premio gordo a la indecencia… Nicolás Shaw se apunta a los campeonato de Andalucia Élite de boxeo con muchísimas posibilidades de ganarlos y poder acudir a disputar los campeonatos de España. El campeonato está organizado por la Federación andaluza de Boxeo… bueno lo de organizado creo que es bastante generoso por parte del que suscribe.
En primer lugar no se publica el cuadro de participantes, resulta curioso que vayas a disputar un campeonato y no sepas contra quién vas a combatir. Pensad que España va jugar el Mundial de fútbol y el día del partido le dicen con quién va a jugar.
Nicolás gana octavos contra Málaga, gana cuartos contra Coria del Río… y de repente! Alguien decide que se acaba la competición para Nicolás… sin perder! Ese mismo decide que la final la disputa el anterior campeón de Andalucia al que Nico había ganado un mes y medio antes en Marbella.
Esta cacicada repugnante es perpetrada por aquellos que deberían velar por el deporte limpio y salvaguardar la imagen del boxeo. Este acto incomprensible deportivamente hablando, es llevado a cabo por los responsables de un Ente federativo como es la Federación andaluza de boxeo de la que dependen todos los federados de Andalucía y que maneja dinero público.
A su Presidente le quiero decir que no este enjuague no sólo es repugnante y va en contra de los valores del deporte, si no que además puede ser constitutivo de delito.
Da la casualidad que el que suscribe conoce a Nicolás desde muy pequeño. También se da la casualidad que el que suscribe es el Director General de la mayor plataforma audiovisual de deportes de combate en habla hispana del mundo y me comprometo a no dejar pasar este asunto hasta que se solucione y se esclarezca.
Apelo al Presidente de la Federación Española de boxeo para que averigüe e investigue este caso y sé a “ciencia cierta” que lo hará… no se puede jugar con la ilusión y el esfuerzo de tantos y tantos competidores. Sus sueños son tan o más importantes que los del Presidente de la Federación de boxeo andaluza y sus ablateres.