Michael Chandler ha estado en el centro de la polémica, siendo tildado de “tramposo” por algunos fanáticos y colegas, especialmente tras su derrota ante Charles Oliveira en UFC 309, donde se le acusó de recurrir a golpes cuestionables.
A pesar de las críticas, el ex campeón de Bellator no rehuyó el foco y se prepara para volver al octágono este sábado en UFC 314, donde se enfrentará a Paddy Pimblett en la pelea coestelar en Miami. Con un récord de 2-4 desde su llegada a UFC, Chandler ha sabido mantenerse como un peleador emocionante, sumando cinco bonos por desempeño. No obstante, su sequía de victorias, que ya se extiende por casi tres años, hace de este combate una oportunidad clave para reivindicarse y acallar las voces en su contra.

“La narrativa es dura. Mucha gente habla sin conocerme”, declaró Chandler.
Y completó: “Si no estás en mi círculo íntimo, no sabés quién soy realmente. Se dicen cosas como que actúo bien frente a las cámaras y que soy otra persona cuando se apagan. Lo de agarrar el protector bucal de Poirier ya lo aclaré: pensé que era su mentón. Y lo de los golpes ilegales, son situaciones que pasan en una pelea. Oliveira también me metió el dedo en el ojo, me agarró los guantes, y nadie lo llama tramposo por eso. Estás en modo supervivencia. Me sorprende que tipos como Justin Gaethje, un verdadero salvaje, digan esas cosas. Para mí, es una señal de debilidad. Yo respeto a Paddy por no entrar en ese juego. Si un árbitro ve algo ilegal, es su tarea advertir. Yo peleo con honor, y el que no lo entienda, no me conoce”.