Tras 12 rounds en Riad, Arabia Saudita, Saúl «Canelo» Álvarez venció por decisión unánime al cubano William Scull, recuperando el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y reafirmándose como campeón unificado de los supermedianos por segunda vez. Aunque el combate estuvo marcado por la escasez de intercambios significativos, el mexicano se impuso con claridad en las tarjetas.
Al finalizar la pelea, ambos boxeadores compartieron un momento de respeto mutuo. En una entrevista posterior, Canelo reveló que Scull reconoció que su desempeño no fue el mejor y se disculpó por la falta de acción. El tapatío le respondió con franqueza, aconsejándole que “corriendo no se ganan peleas” y que, si desea aspirar a títulos importantes, debe ofrecer mejores presentaciones en el ring.

Álvarez también comentó que Scull se sintió intimidado por la magnitud del evento y por enfrentarlo a él. El cubano admitió estar nervioso y lamentó no haber ofrecido una pelea más emocionante. Esta actitud fue criticada por Canelo, quien señaló que no disfruta enfrentar a oponentes con ese enfoque tan conservador.
En paralelo, se confirmó que Canelo firmó un contrato con Turki Al-Sheikh para disputar cinco combates, cuatro de ellos en Arabia Saudita y uno en Estados Unidos, a cambio de una cifra aproximada de 80 millones de dólares por pelea. Este acuerdo asegura no solo su presencia en los grandes escenarios del boxeo internacional, sino también ingresos multimillonarios en esta nueva etapa de su carrera.