El flamante campeón de la división de peso mosca de UFC, Alexandre Pantoja carga en su mochila una historia de vida digna de ser contada. Con el sacrificio como bandera, el artista marcial mixto dejó en su Río de Janeiro natal hasta lo que no tuvo para conseguir este inmejorable presente. Estados Unidos le abrió la puerta, a medias. Debió superar una inmensa estructura para llegar a ser quien es hoy, superando cientos de obstáculos que lo obligaron a buscar nuevos rumbos laborales parara subsistir en el país norteamericano.
Aquella noche soñada ante Brandon Moreno en el UFC 290 quedará guardada para siempre en la retina de Pantoja. Si no te tatuó el 8 de julio de 2023 en su cuerpo es por mera casualidad, porque ese día marcó un antes y un después en su carrera profesional: lo convirtió en el nuevo monarca de la promotora más importante de MMA.
En pleno descanso y todavía sin desesperarse por su primera defensa titular, el artista marcial carioca atendió a Titan Channel desde su hogar y repasó todo el camino transitado hasta alcanzar aquel duelo mágico ante Moreno; desde sus inicios manejando un Uber para sobrevivir en Estados Unidos, hasta el recordado trabajo en una constructora para tener un plato de comida diario que no lo desvíe de su máximo sueño.
«Tomé un Uber justo después de traer a mi familia de regreso a los Estados Unidos. Cuando llegó la pandemia y se cancelaron los eventos, regresaron a Brasil. Pero pasé 8 meses sin ellos. En la primera pelea que tuve, los traje de vuelta. El dinero escaseaba y tuve que equilibrar mi formación con mi trabajo en Uber», recordó inicialmente Pantoja en diálogo con este medio.
Y remarcó sobre sus primeros días lejos de su tierra: «Dejé en Brasil lo más valioso en la vida de alguien, las personas. Mi mujer y mis hijos, mi madre, mis hermanos y mis sobrinos. Cuando podía, traía a mi mujer y a mis hijos».
El campeón de la división de peso mosca no se deja engañar por las luces de la fama. Ser el número uno no es un logro fácil de llevar. Significa una construcción diaria, que conlleva mucho esfuerzo y constancia. A veces, como en la vida, los altibajos suelen aparecer en los deportistas, y calan hondo. Depende de uno escapar, reivindicarse y pegar el salto de nuevo.
«La vida de un deportista no es fácil, a veces tiene altibajos. Por eso he estado cuidando bien el dinero que recibo y tomando buenas decisiones para no sufrir el día a día», comparte el campeón brasileño.
Y reconoce: «Sin duda gané buen dinero, ahora tengo que planificar bien hasta que llegue el momento de volver a pelear. Por suerte, estamos todos en línea, mi familia es muy activa y muy deportista, estamos muy bien adaptados a la vida americana»
Un inicio difícil en Estados Unidos
Los primeros meses en el país norteamericano fueron duros y de puro aprendizaje para Pantoja. «Cuando llegué a Florida venía de una derrota en Boston, así que no tenía mucho dinero. Trabajé en obras de construcción, pintura, seguridad y fui campeón de jiu jitsu. Mi esposa trabajó cuando llegó de Brasil después de la pandemia, y así fuimos avanzando», recuerda. Pero aclara: «No vivo de sueños, vivo de hacerlos realidad. Me gusta vivir el hoy y planificar cómo será el futuro. Aún queda un largo camino por recorrer».
Claro que no la vida del luchador sudamericano no pasa solo por subirse a un octágono. También tiene tiempo para disfrutar junto a los suyos, su familia, su sostén. Por eso, en los tiempos libres lejos de las MMA, Alexandre Pantoja comparte y exprime cada minuto con las personas que más ama en el mundo.
«Cuando tengo tiempo libre me gusta jugar videojuegos», revela el deportista de 33 años. Y reconoce que «me gustaría jugar a la pelota pero ya no juego para no lastimarme. Mi pasatiempo favorito es jugar con mis hijos y enseñarles», completa.
